El miedo, ese legado evolutivo

Publicado el 27 de febrero de 2024, 11:33

El miedo es un legado evolutivo que está ligado a la supervivencia y prepara a nuestro organismo para huir de una situación potencialmente peligrosa. Esto era especialmente importante en la época en la que el Homo sapiens vivía en la sabana africana y estaba expuesto a innumerables peligros. El hombre era una presa más para aquellos gigantes depredadores. Hoy vivimos en entornos donde ya no hay depredadores. El miedo tiene otro sentido y significado: nos ayuda tener previsión, a no cometer actos imprudentes, a reflexionar y a retrasar decisiones de las que no estamos seguros.

 

Hoy padecemos otras dificultades vinculadas al miedo en las que el peligro no es real o es improbable. Se calcula que el 90% de nuestros miedos son infundados (esta es la herencia paleolítica de la que nos cuesta desligarnos). Lo peor del miedo gratuito es la parálisis, la inacción y una excelente disculpa para no salir de la zona de confort. El miedo ante lo desconocido paraliza y nos impide avanzar; también nos aleja del autodesarrollo, del crecimiento personal, de la posibilidad de encontrar caminos de felicidad. Te invito a que reflexiones y evalúes cuántos de tus miedos tienen un fundamento real. El miedo por el miedo no tiene ningún sentido y puede ser una auténtica limitante de nuestras vidas. Piensa en cuántas cosas has dejado de hacer por miedo y cuántos de esos miedos estaban justificados. ¡Lánzate!

 

Lo peor del miedo es la parálisis, la inacción que debilita tu autoestima. No atreverse, no intentarlo, no moverse es realmente descorazonador. Tal vez tengas esa sensación de no atreverte a saltar de un avión en paracaídas. Tu mente, tu corazón y todo tu cuerpo dicen ¡no! Tras evitarlo puede que encuentres algún tipo de alivio. Esto es una metáfora de la actitud que tomamos ante los pequeños desafíos del día a día. Si tu objetivo es evitarlos porque tienes miedo a enfrentarte a ellos, ¿cómo crees que te puedes sentir a lo largo del tiempo? Desde luego no creo que te puedas sentir orgulloso de ello. Tal vez puedas llegar a sentir, incluso, que eres cobarde. Pero fíjate en una cosa muy importante. Tu energía no la estás utilizando para algo positivo. Todo tu empeño está puesto en evitar las cosas que te desagradan y que temes. Estás utilizando la energía para frenar y no para avanzar. ¿Crees que te puedes sentir bien contigo mismo? Esta actitud lastra la autoestima porque en el fondo de tu corazón no aprecias ni estimas esta actitud.

 

 

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